VUELVA USTED MAÑANA
Cuando era niño y acompañaba a mi padre en sus gestiones beraurocráticas la cosa era así: En la puerta mi padre se quitaba la gorra y decía en voz alta
- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida. Le contestaba el funcionario de turno después empezaba un humillante pelegrinar de despacho en despacho de ventanilla en ventanilla para salir de allí con los pies fríos y la cabeza caliente,
De vuelta al pueblo a mi padre no le quedaba mas remedio que ir en busca de Don Celedonio para rogarle por favor(gallina o manojo de espárragos de por medio) que le hiciera aquel tramite. A este le bastaba coger el teléfono y la cosa quedaba solucionada en el acto, años después el gobierno puso en marcha un plan de alfabetización de adultos mi padre se apunto con la ilusión de ser capaz de solucionar algún día sus propios asuntos. Nunca aprendió lo suficiente, se murió pidiendo favores con la boina en la mano.
